Dentro de tu armadura de hierro
se esconde un corazón de arcilla.
Guerrero con cota de mallas de acero,
ligadas con remaches y correas,
tus emociones encarcelas
y rebotan cuales flechas y ballestas.
Déjame ser la escultora
de tu templo sigiloso,
alfarera en el Valle de Hinnom.
Con los ojos sellados
y las manos incansables,
quiero tallar tu cuerpo frágil de caolín,
cincelar la línea de tu rostro limoso
y modelar tus insaciables fantasías.
Versos y lienzo
Esther Jiménez Coïa.
2 de septiembre de 2023
Publicado en: Los socios escriben